Después de cincuenta años

Pedro Héctor Rodríguez (Tinguaro)

 

Después de cincuenta años,

he vuelto a verlos

Mi mente ha desempolvado

viejos recuerdos

 

Fue el lugar de nuestro encuentro

La Progresiva

Dueña ha sido en mi recuerdo

más que inquilina

 

Eramos adolescentes

llenos de sueños

(hoy realidades presentes)

Otros murieron

 

Mas hoy, llorar no debemos

los sueños muertos

Hoy nuevos sueños tenemos

de ilusión llenos

 

Hoy deben ser despertadas

las amistades,

que marchitas dormitaban

como rosales

 

Y de rosas los rosales

se llenarán

Nuestras viejas amistades

florecerán

 

Después de cincuenta años,

nos abrazamos;

no con abrazo de extraños,

sino de hermanos

 

Colegio La Progresiva,

para inspirar

porque tu nombre deriva

de progresar

 

Después de cincuenta años,

los ideales

que fueron por ti sembrados,

siguen iguales

 

Soñar, actuar, cooperar,

lema bendito

para montarlo y volar

al infinito

 

Y porque fuiste fundada

para educar,

tu instrucción ha sido dada

para salvar

 

Muchas gracias, Progresiva,

por tu enseñanza,

por prender la hoguera viva

de la esperanza

 

Por mostrarnos a Jesús,

el que nos ama,

por darnos rayos de luz

de su Palabra

 

Después de cincuenta años,

tú, Progresiva,

sigues tu empeño santo

de darnos vida

 

Después de cincuenta años,

hijos amados,

que podrían ser extraños,

hoy son hermanos

 

Progresiva, tu legado

perdurará

aún más que cincuenta años:

La eternidad

 

Por los siglos eternos, con Jesús

disfrutaremos,

y a ti, por darnos su luz,

recordaremos

 

Julio 25, 2010.

 

Escrita para el reencuentro con mis compañeros de el Colegio Presbiteriano La Progresiva de Cárdenas, Cuba (1958-1961); ocurrido en el restaurante Versalles, Miami, Florida.

 

Pastor Pedro Héctor Rodríguez

Seventh-day Adventist Church in Canada (Jubilado)

 

 

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