Dios está atento

Pedro Héctor Rodríguez

Basado en una historia de autor desconocido

 

Lo perseguían hombres malvados

Tenían órdenes de matarlo

 

Vio varias cuevas, se escondió en una

Pensó que aquella sería su tumba

 

Sus buscadores, como sabuesos,

en cada cueva entraban prestos

 

En implacable persecución,

iban rastreando cada rincón

 

El perseguido clamó al Señor,

 y ésta es la súplica que presentó

 

- Fieras sangrientas buscan mi muerte

Envía ángeles a protegerme

 

Mas no vio ángeles resplandecientes

portando espadas incandescentes

 

Sólo una araña llegó al lugar, 

y comenzó a trabajar

 

- Tela de araña no necesito

Levanta un muro, Señor bendito

 

Ya se acercaban sus enemigos

Muy cerca oía sus fuertes gritos

 

Mientras, la araña, con paso lento,

pacientemente, siguió tejiendo

 

Al fin llegaron los hombres fieros

Frente a la cueva se detuvieron

 

 - Que no se escape; vamos adentro

El jefe nuestro lo quiere muerto

 

El perseguido oró en silencio;

Su triste queja elevó al cielo

 

- Señor, tus ángeles no están aquí

No veo el muro que te pedí

 

De pronto el jefe dijo: - No está

A la otra cueva pasemos ya

 

Porque la tela de araña está

Nadie ha salido ni entrado acá 

 

Angeles fuertes no envió Dios

Débil araña de ángel sirvió

 

La frágil tela fue un fuerte muro

que al perseguido guardó seguro

 

¿Eres cual hoja, que arrastra el viento?

No tengas miedo; Dios está atento

 

No importa cuánto te acose el mal

No importa cuánto se agite el mar

Aún si parece que es el final

Dios está atento para librar

 

 

Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo