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Hijo, la luz natural

Pedro Héctor Rodríguez

 

Cuando yo era adolescente, si mi trabajo hacía mal, 

 mi padre solía decirme, en un tono paternal,

esta frase corta y sabia: “Hijo, la luz natural”

 

En lugar de dar detalles y una larga explicación, 

esta frase corta y sabia usaba por corrreción: 

“Hijo, la luz natural”; así era su instrucción

 

El, al sentido común, llamaba luz natural, 

y de esa forma enseñaba un principio universal, 

que en asuntos de razón, es la autoridad final

 

Es porque viene en los genes, que esa luz es natural 

No depende de los títulos de la educación formal

Es un regalo de Dios a cada ser racional

 

Mi padre muy poco fue a un aula para aprender

Recuerdo que, con esfuerzo, podia despacio leer; 

mas con la luz natural, grandes cosas pudo hacer

 

Muchas cosas aprendí de su enseñanza informal, 

pero ésta es la más útil, el principio universal; 

que al seguirlo, me hace sabio: “Hijo, la luz natural”

 

 

En reconocimiento al legado, en esta área de mi vida, de mi padre Pedro Tomás Rodriguez (1910-1991) 

 

Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com  

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