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¿Cuánto sufrió Jesús?

Pedro Héctor Rodríguez

 

Para que puedas saber cuánto sufrió Jesús,

quiero que vayas conmigo hasta el pie de la cruz;

comenzando en la noche, desde Getsemaní,

y su amor infinito podrás mirar allí

 

Jesús entra en el huerto con sombrío semblante,

sabiendo que se acerca la hora culminante

para beber la copa de la divina ira;

y con terror y espanto a ese momento mira

 

Sus amigos lo dejan sufrir solo la pena,

y de angustia infinita el pecho se le llena;

tal angustia que suda grandes gotas de sangre,

e implora que la copa, de ser posible, pase

 

Como vil criminal, por la turba apresado

Por los falsos maestros juzgado y humillado

Por su ferviente apóstol con vergüenza negado

Tres juicios de mañana, sin haber descansado

 

Los azotes le dejan su carne desgarrada,

la corona de espinas, su sien ensangrentada

Subiendo hacia el Calvario, cae rendido Jesús,

porque débil y herido, no puede con la cruz

 

Al llegar al Calvario, le clavan pies y manos

Estremecen su cuerpo dolores sobrehumanos

Después cuelga de la cruz durante varias horas

Lo tortura inclemente, la sed abrasadora

 

Con escarnios y burlas lo humillan sin cesar

El que a otros salvó, no se puede salvar

¡El Creador del mundo está siendo humillado

por sus mismas criaturas que se han degenerado

 

Pero si vas a entender cuánto sufrió Jesús,

no basta lo visible de su espantosa cruz

Hay algo de la escena que tú no puedes ver,

pero que Dios anhela que puedas entender

 

Escucha sus palabras de infinito dolor,

el clamor de sus labios como un grito de horror

de quien se siente hundido, solo y desesperado:

“Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?”

 

Escuchar a Jesús que clama desesperado

te ayuda a comprender que por causa del pecado,

Jesús quedó del Padre realmente separado

Por la ira divina se sintió castigado

 

¿Cuánto sufrió Jesús por mí, por ti, por todos?...

La repulsión divina contra el fétido lodo

La ira de su Padre que tú y yo merecemos,

pero que al aceptarlo, tú y yo no sufriremos

 

Y ahora que conoces cuánto sufrió Jesús,

ahora que ya sabes del horror de su cruz;

te invito a que te rindas a su infinito amor,

y tu corazón abras a tu buen Salvador

 

Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com 

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