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La iglesia soy yo

Pedro Héctor Rodríguez

 

Buscaba una iglesia hermosa, ataviada con amor

Quería ver en la iglesia la imagen del Salvador

En la iglesia de mis sueños nadie se encontraba ocioso

Cada miembro era un obrero eficiente y laborioso

 

En la iglesia que buscaba, había perfecta armonía

cual orquesta interpretando angelical melodía

Toda acción acometida, toda decisión tomada

eran preciosos acordes que adornaban la tonada

Era mi iglesia en mis sueños un manantial de bondad,

un cielo de adoración y un árbol de santidad

 

“A una iglesia como esa, sin vacilar, me uniré,

y de su atmósfera pura, tranquilo respiraré“:

Este era el ideal que soñaba y que busqué

pero con la realidad, abruptamente choqué,

y aunque al principio fue triste, me alegro que desperté

 

Me di cuenta que una iglesia como la que yo buscaba,

no existía aquí en la Tierra, por eso no la encontraba

Pero además, si existiera, y yo quisiera ingresar,

los miembros que la integraran, no me podrían aceptar;

porque al chocar de repente con la dura realidad,

me vi muy pobre y desnudo, sin justicia y santidad

Si esa iglesia me admitiera, su perfección cesaría

Tendría que dejarme fuera, aunque con pesar lo haría

 

Un rayo de luz divina mis tinieblas penetró,

y un cincel, en la conciencia, este lema me grabó:

“La iglesia es lo que yo soy, porque la iglesia soy yo”

 

La divina luz de Cristo siguió mi noche alumbrando,

y escuché su dulce voz sobre su iglesia enseñando:

“Para salvar a mi iglesia, morí en una cruz sangrando;

y para hacerla perfecta, hoy la estoy santificando

Mi iglesia aún no es perfecta, mas la estoy perfeccionando; 

a los miembros como tú, con paciencia cincelando

Y con todos los que abran la puerta del corazón,

tendré una iglesia sin mancha y sin contaminación,

con la cual me casaré, y llevaré a mi mansión”

 

Gracias, Señor, por mostrarme mi bajo nivel actual;

y también por revelarme el elevado ideal

Porque la iglesia soy yo, te abro mi corazón,

para que tú me lo limpies, y le des consagración

Porque la iglesia soy yo, seré cortés y amoroso

Seré como tú, Jesús, puro, manso y bondadoso

Porque la iglesia soy yo, voy a vivir cada día

orando por mis hermanos, con ellos en armonía

Porque la iglesia soy yo, voy a proclamar tu amor, 

anunciando tu evangelio con convicción y fervor

Porque la iglesia soy yo, te entrego mi vida, Cristo,

y así podrás venir pronto, porque estaré siempre listo

 

Y por ti, querido hermano, también Cristo se entregó

Tú también eres la iglesia que con su sangre compró

¿Quieres que la iglesia alcance el ideal que El le dio?

Vive conmigo este lema que Jesús en mí grabó:

“La iglesia es lo que yo soy, porque la iglesia soy yo”

 

Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com  

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