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El ruego de Jesús

Pedro Héctor Rodríguez

 

Es vano placer del mundo negar a su Creador,

pero el fruto que cosecha es amarga desconfianza,

rencores y cruentas luchas, enfermedad y dolor;

Y esta tierra viene a ser un mundo sin esperanza

 

Pero en el atardecer del mundo sin esperanza

se oye una voz amorosa que dice - “Ven hacia mí

Abreme tu corazón, y de tus cargas descansa,

porque yo tengo perdón y consuelo para ti”

 

Es la voz del buen Jesús, que te ruega con amor

- “Ven manso y arrepentido, acepta mi salvación

Ven pronto sin vacilar, que yo te haré vencedor,

y del vicio y del pecado limpiaré tu corazón

 

“¿Por qué solitario estás, envuelto en lucha mortal

contra un enemigo cruel, que te asedia sin piedad?

¿Por qué pereces atado con las cadenas del mal,

si yo las puedo romper y darte la libertad?

 

“Piensa que este mundo sólo puede brindarte

efímeros placeres, fugaces alegrías

Y piensa que al final sólo puede premiarte

con el triste regalo de una tumba fría

 

“En cambio, yo he venido a ti para salvarte,

para borrar tus penas y llenarte de paz,

porque soy el camino que a Dios puede llevarte,

y entre tantas mentiras, yo soy la gran verdad

 

“¿Por qué no te decides? ¿Por qué estás vacilante?...

¿No ves que así desprecias mi amante invitación?...

No sigas por el mundo cual vagabundo errante

Te ruego que hoy aceptes mi eterna salvación”

 

 

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” 2 Corintios 5:20

 

Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com 

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