Esta, mi corta vida
Pedro Héctor Rodríguez
¡Cuán rápido se fueron los años que he vivido!
Parece un breve instante el tiempo transcurrido
Es como si el pasado se hubiese comprimido
Menos tiempo me queda, que aquel que ya he vivido
En otro corto instante todo habrá concluido
En otro pestañazo, mi vida se habrá ido
Es por eso que quiero mi tiempo aprovechar,
y esta, mi corta vida, emplearla en sembrar,
para, de lo que siembre, algún fruto dejar
No importa si soy yo quien ha de cosechar,
o si el Señor me tiene para sólo sembrar,
y a otros labradores pone a recolectar
Lo importante es que use mi tiempo sabiamente,
pues no mucho me queda más allá del presente
Así cuando con Cristo me encuentre frente a frente,
podré también, entonces, encontrar mucha gente
que estará junto a él en la patria querida,
por la buena semilla que esparcí sin medida,
haciendo un uso sabio de ésta, mi corta vida
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
Puedes compartir este poema libremente en cualquier lugar. Sólo debes compartirlo tal como está escrito, incluyendo mi nombre "Pedro Héctor Rodríguez" como autor; porque asumo responsabilidad por lo que escribo.
Rosas y espinas
Pedro Héctor Rodríguez
Cuando reina la alegría, y tu experiencia es hermosa,
son las cosas que suceden como perfumadas rosas
Mas cuando hay sufrimiento, o duda, o quizás horror,
son esos tristes momentos como espinas de dolor
La vida es como un rosal, que encuentras mientras caminas,
y que te da por igual, tanto rosas como espinas
Y hasta a veces pareciera que hay más espinas que rosas,
que te hincan por doquiera, y tu vida es dolorosa
Mas al menos una rosa, el rosal te ha de brindar
Su fragancia deliciosa no dejes de disfrutar
Si no ves ninguna rosa, te falta a Cristo mirar
Su belleza y su perfume de dicha te han de llenar
Recréate cada instante en la rosa perfumada,
y las espinas punzantes parecerán como nada
Tanto rosas como espinas en tu ruta han de crecer
Con tu actitud determinas si feliz habrás de ser
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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La iglesia soy yo
Pedro Héctor Rodríguez
Buscaba una iglesia hermosa, ataviada con amor
Quería ver en la iglesia la imagen del Salvador
En la iglesia de mis sueños nadie se encontraba ocioso
Cada miembro era un obrero eficiente y laborioso
En la iglesia que buscaba, había perfecta armonía
cual orquesta interpretando angelical melodía
Toda acción acometida, toda decisión tomada
eran preciosos acordes que adornaban la tonada
Era mi iglesia en mis sueños un manantial de bondad,
un cielo de adoración y un árbol de santidad
“A una iglesia como esa, sin vacilar, me uniré,
y de su atmósfera pura, tranquilo respiraré“:
Este era el ideal que soñaba y que busqué
pero con la realidad, abruptamente choqué,
y aunque al principio fue triste, me alegro que desperté
Me di cuenta que una iglesia como la que yo buscaba,
no existía aquí en la Tierra, por eso no la encontraba
Pero además, si existiera, y yo quisiera ingresar,
los miembros que la integraran, no me podrían aceptar;
porque al chocar de repente con la dura realidad,
me vi muy pobre y desnudo, sin justicia y santidad
Si esa iglesia me admitiera, su perfección cesaría
Tendría que dejarme fuera, aunque con pesar lo haría
Un rayo de luz divina mis tinieblas penetró,
y un cincel, en la conciencia, este lema me grabó:
“La iglesia es lo que yo soy, porque la iglesia soy yo”
La divina luz de Cristo siguió mi noche alumbrando,
y escuché su dulce voz sobre su iglesia enseñando:
“Para salvar a mi iglesia, morí en una cruz sangrando;
y para hacerla perfecta, hoy la estoy santificando
Mi iglesia aún no es perfecta, mas la estoy perfeccionando;
a los miembros como tú, con paciencia cincelando
Y con todos los que abran la puerta del corazón,
tendré una iglesia sin mancha y sin contaminación,
con la cual me casaré, y llevaré a mi mansión”
Gracias, Señor, por mostrarme mi bajo nivel actual;
y también por revelarme el elevado ideal
Porque la iglesia soy yo, te abro mi corazón,
para que tú me lo limpies, y le des consagración
Porque la iglesia soy yo, seré cortés y amoroso
Seré como tú, Jesús, puro, manso y bondadoso
Porque la iglesia soy yo, voy a vivir cada día
orando por mis hermanos, con ellos en armonía
Porque la iglesia soy yo, voy a proclamar tu amor,
anunciando tu evangelio con convicción y fervor
Porque la iglesia soy yo, te entrego mi vida, Cristo,
y así podrás venir pronto, porque estaré siempre listo
Y por ti, querido hermano, también Cristo se entregó
Tú también eres la iglesia que con su sangre compró
¿Quieres que la iglesia alcance el ideal que El le dio?
Vive conmigo este lema que Jesús en mí grabó:
“La iglesia es lo que yo soy, porque la iglesia soy yo”
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Lo más bello
Pedro Héctor Rodríguez
He visto como las nubes se engalanan de color,
cuando el sol poniente pinta, cual consumado pintor
He visto la luna llena lucir su traje plateado,
para oír la serenata del poeta enamorado
He visto el negro telón de mil luces adornado
Es el majestuoso cuadro que muestra el cielo estrellado
He visto objetos muy bellos de delicados colores:
Los plumajes de las aves, los pétalos de las flores
He visto el erguido monte que de gala se ha vestido,
con el blanquísimo traje que la nieve le ha tejido
He visto como el otoño cambia el tinte del follaje,
haciendo lucir las hojas como matizado encaje
He visto el inquieto río, arrastrándose hacia el mar,
enroscando su belleza en su arduo serpentear
He visto el toro, el caballo, la jirafa y el león:
Peluches con los que Dios adornó su creación
He visto los arco iris, los peces, las mariposas,
con increíbles colores y formas maravillosas
He visto tanta belleza, que doy gloria al Creador;
porque él, el gran artista, es de lo bello el autor
La belleza rasca el arpa, desgranando una canción;
y son sus granos las notas que canta mi corazón
Pero no es el ojo físico el que puede contemplar
lo más bello y más sublime que hace al corazón cantar
Lo más bello es el amor, el amor que Dios nos dio
Por amor, de cosas bellas, el Creador nos rodeó
Y fue también por amor, que Dios a su Hijo dio
cuando el pecado maligno en el mundo penetró
Por ese amor es que, pronto, al mundo mejor iremos,
y las bellezas eternas, por siempre, disfrutaremos
Bellezas que ni he soñado habrá en el mundo mejor,
pero, siempre, lo más bello será disfrutar su amor
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