El arca

Pedro Héctor Rodríguez

 

Cuando la raza caída de Dios tanto se alejó

que el llamado del Espíritu a volver a El no oyó,

con las aguas del diluvio, el Señor la destruyó,

pero a Noé y a los suyos en el arca preservó


Mientras Noé, con paciencia, construyendo el arca estaba,

del diluvio venidero con convicción alertaba,

y a escuchar la voz de Dios a la humanidad llamaba,

En tanto, la mayoría desafiante, se burlaba

 

-”Nunca ha llovido”, decían los científicos, confiados

-”Noé y su familia son fanáticos trastornados”

Y los oyentes confiaban en los hombres educados

que, con cantos de sirenas, los tenían arrullados


Y fue el arca terminada, y de nuevo predicó

el siervo de Dios -Noé- quien al público invitó;

pero aquel pueblo rebelde nuevamente rechazó,

y al cerrar el corazón, su muerte eterna selló


Cuando Noé, con los suyos, finalmente al arca entró,

la única puerta de entrada el Señor mismo cerró,

pero pasaron los días, y la lluvia no cayó,

por tanto la gente impía muy segura se sintió

 

Mas pasados siete días, las cataratas del cielo,

desde las nubes, sus aguas derramaron sobre el suelo

Las fuentes del gran abismo ese día rotas fueron,

y las aguas liberadas sobre la tierra subieron


Las aguas, al cubrir todo, a los impíos ahogaron

No consiguieron salvarse porque al Señor rechazaron

cuando sus mensajes santos, con desdén, menospreciaron,

y así al llamado divino sus corazones cerraron


Hoy estamos alertando que ya se aproxima el fin

Ahora estamos sonando de la trompeta el clarín

Hoy estamos predicando que Cristo viene a buscar

a todo aquel que  lo  deje en su corazón entrar


Muchos científicos hoy, al igual que en el pasado,

piensan que nosotros somos fanáticos trastornados

Enseñan que de una célula hemos evolucionado,

y de millones de años hoy somos el resultado


La venida del Señor es para ellos un mito

Las Santa Escritura es un interesante escrito,

leyendas y tradiciones que en el obscuro pasado

los hombres supersticiosos han creído y propagado


Según ellos, el diluvio no es más que una tradición,

la versión exagerada de una antigua inundación

No existe Dios, por lo tanto, no hay divina intervención

No hay ley de Dios, no hay pecado, y no hay retribución


Esos científicos, hoy, voluntariamente ignoran

lo que Dios ha revelado, y a su falsa ciencia adoran,

y su canto de sirenas a mucha gente adormece

que, durmiendo en la mentira, en el pecado perece


Pero así como el diluvio llegó sin que lo creyeran,

Cristo muy pronto vendrá, aunque muchos no lo esperan,

y es ahora antes que venga, que debemos cooperar

en la construcción del arca, que pronto va a terminar


Cuando Jesús aparezca será demasiado tarde

El viene en llama de fuego, todo en su presencia arde

Así como fue en el arca, una vez ya terminada,

entrará el pueblo de Dios, y el arca será cerrada


El arca es la iglesia pura que sus siervos construimos

con las instrucciones santas que del Señor recibimos

Cuanto más nos acercamos al fin de la construcción,

más los que se quedan fueran construyen su perdición


No esperes a que termine del arca la construcción

No endurezcas con rechazo tu engañoso corazón

Ven, confiesa tus pecados para recibir perdón

Hoy es el día seguro para hacer tu decisión

 

Este poema forma parte de mis libros "No desmayes, peregrino" y "Ven a buscarnos, Señor" y , los cuales pueden ser adquiridos en amazon.com  

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