Cinco testigos
Pedro Héctor Rodríguez
Envuelto en la penumbra del remoto pasado,
escóndese el misterio de todo lo creado
¿Inició el Universo una gran explosión?
¿Surgió la raza humana por una evolución?…
Hoy hay cinco testigos que pueden declarar
Su testimonio es efectivo y crucial
Es el primer testigo la misma creación
Ella cuenta de Dios, no de la evolución
Las galaxias y estrellas, en su vuelo incesante,
siguen órbitas fijas, como un reloj gigante
Los invisibles átomos obedecen sus leyes
y de su Creador su testimonio ofrecen
Las hormigas trabajan de modo organizado,
como perfecto ejército, fuerte y disciplinado
Las aves migratorias ignoran las fronteras,
y sobrevuelan mares, montañas y praderas
Pasada la estación, emprenden el regreso,
y el punto de partida alcanzan en su vuelo
El segundo testigo es el Libro Inspirado
Por medio de profetas el Creador ha hablado
Los profetas hablaron de cosas que vendrían
Tuvieron cumplimiento sus claras profecías
Esos mismos profetas nos hablan del pasado,
y nos dicen que Dios es quien todo ha creado
Es el tercer testigo el Sábado sagrado,
porque Dios reposó después de haber creado
Y de guardar el Sábado nos dejó un mandamiento
que es, de su creación, hermoso monumento
Y aunque el Diablo ordenó que fuese destruido,
el santo monumento en pie ha permanecido
Porque siempre hubo fieles que el Sábado guardaron,
que fueron, en la noche, iluminados faros
Es el cuarto testigo Jesús, nuestro Señor,
quien junto con el Padre, él mismo es Creador
Su credencial divina fue su vida intachable
Todos hemos pecado, pero él fue irreprochable
Y con su autoridad, el Génesis citó
Habló de Adán y Eva, a quienes creó Dios
Hay un quinto testigo: Sus hijos transformados
por el mismo poder con que Dios ha creado
Aquel cuyo poder creó lo material,
crea en quienes lo aceptan, un ser espiritual
Hoy tú y yo tenemos el privilegio hermoso
de ser testigos vivos del Creador glorioso
Con esas vidas nuevas, de todo mal limpiados;
testifiquemos siempre que él nos ha creado
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En las aguas del bautismo
Pedro Héctor Rodríguez
En las aguas del bautismo
sepulto mi vieja vida
Me entrego a mi Salvador
sin reserva ni medida
En las aguas del bautismo
comienza mi vida nueva,
que cada día en Jesús,
se alimenta y se renueva
En las aguas del bautismo
cambio de dueño y Señor
No soy más de Satanás
Soy de Cristo el Salvador,
y a mi nuevo Señor sirvo
y obedezco con amor
En las aguas del bautismo
de la tumba me levanto,
para recibir la fuerza
que da el Espíritu Santo
En las aguas del bautismo
testifico que Jesús
ofrendó por mi su vida
en la más horrenda cruz;
pero no quedó en la tumba,
sino que resucitó,
y para ser mi agobado,
al mismo cielo ascendió,
y pronto vendrá a buscarme
así como prometió
En las aguas del bautismo
yo de Cristo ser decido,
y serle fiel para siempre,
con humildad hoy le pido
Escrito para el
bautismo de Xiomara Madrid,
a quien mi esposa Anita ganó para Cristo,
y a quien este servidor tuvo el privilegio de bautizar
Noviembre 25, 2006
Iglesia Hispana Adventista del Séptimo Día
Sarasota, Florida
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El olor del pastor
Pedro Héctor Rodríguez
El pastor huele a ovejas
porque las pastorea
y se mezcla con ellas
Las conduce el pastor
a delicados pastos
-la Palabra de Dios
Como lo hace el Señor;
junto a aguas de reposo
las pastorea el pastor
Si se pierde una oveja,
la busca hasta encontrarla;
y a casa la regresa
En sus hombros la lleva
en su regreso a casa
El pastor huele a ovejas
Atiende a las enfermas
Fortalece a las débiles
El pastor huele a ovejas
Oh pastor dedicado
que a las ovejas amas;
y que nunca las dejas
porque quieres llevarlas
a celestial mansión;
el pastor principal
-Jesús, el buen pastor-
ve tus luchas y pruebas,
ve tu obra de amor
¡Pastor, hueles a ovejas!
Mateo 18:10-14
Lucas 15:3-7
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La realidad y el ideal
Pedro Héctor Rodríguez
La realidad y el ideal;
dos realidades diferentes
La realidad, la vida real;
el ideal vive en la mente
El ideal, pico elevado;
a veces oculto en la bruma,
a veces un sueño olvidado
que se desinfla como espuma
La realidad, valle o ladera,
y otras veces profundo abismo;
lejos del pico que la espera,
para que sean los dos lo mismo
Aún cuando opuestos parezcan,
aunque lejanos al presente;
él la ayuda para que crezca,
y a la altura de él se encuentren
El, con ternura, cortejándola,
para que ella se enamore
Ella imperfecta, él amándola,
para que lo ame y lo adore
Mas ¿de quiénes estoy hablando?…
De Cristo y de su desposada
El, con amor, siempre llamando;
ella imperfecta, pero amada
Cristo, pico que llega al cielo;
el más elevado ideal
Su iglesia, aquí en el suelo;
muy lejos, en la vida real
Pero si desde aquí miramos
a Jesús, la cumbre soñada;
y cuesta arriba caminamos
triunfaremos en la jornada
Desde la realidad, miremos
su amor demostrado en la cruz,
y el ideal alcanzaremos
de parecernos a Jesús
Este poema forma parte de mi libro "No desmayes, Peregrino", el cual puede ser adquirido en amazon.com
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